Los Recursos de la arquitectura bioclimática a través de las casas pasivas, están al servicio de la eficiencia energética y son el presente dentro de la construcción de obra nueva.
Los últimos años hemos oído hablar mucho de la eficiencia energética en las viviendas, y sobre todo de un nuevo concepto en construcción, las “Passive House” o Casas Pasivas.
El concepto de casa pasiva se comienza a utilizar en las escuelas de arquitectura, a principios de los años 80´s en Estados Unidos de América.
Unos años después al otro lado del Atlántico, en Alemania, es cuando se comienza a crear el estándar de edificación para este tipo de construcciones.
¿En qué consisten estas viviendas denominadas Casas Pasivas?
Una Casa pasiva o eficientemente energética es aquella que mantienen la temperatura más o menos constante entorno a los 18º-20º, y que necesita mínimos requerimientos de calefacción y refrigeración durante cualquier época de año.
Toda vivienda se debe plantear siempre con el objetivo de cobijar y proteger a sus propietarios de las inclemencias y ambiente exterior creando un clima interior apacible.
Por ello siempre se ha recurrido a elemento externos a la propia edificación para conseguirlos como son la calefacción o la refrigeración.
En resumen, este concepto de viviendas o este tipo de certificación, está reservado a las casas que apenas consumen energía, aportando múltiples beneficios medioambientales.
¿Cuáles son los criterios para la certificación de las Casas Pasivas?
Existen dos variables para definirlas dependiendo de:
- Si estamos ante edificios nuevos (certificación Passive House)
- O bien edificios ya construidos (certificación EnerPHit),
A su vez la clasificación distingue entre Classic, Plus y Premium según la demanda energética renovable del mismo y su generación de energía renovable.
En todos ellos la característica fundamental, es el grado de eficiencia energética, y el poco o casi nulo consumo energético, proporcionando un gran confort a la vivienda.
¿Qué características deben tener este tipo de Casas?
- Optimo aislamiento térmico: en tejados, fachadas y paredes exteriores para contrarrestar el frio del invierno y el calor del verano.
- Cerramientos de altas prestaciones: Ventanas y puertas con un aislamiento total.
- Eliminación de puentes térmicos: en fachadas y cubiertas para evitar la fuga de energía.
- Estructura hermética: cuidando el detalle de cada junta o unión.
- Ventilación mecánica: para re-aprovechar aire interior.
En definitiva, es fundamental para construir una casa pasiva, tener en cuenta no solo lo materiales de construcción sino también las condiciones climáticas y geográficas de cada emplazamiento con una buena orientación, captación y protección de la radiación solar.
Todo esto acompañado de la correcta elección de los sistemas activos más eficientes de aportación de energía natural.